Colaboración: Grecia Sánchez.
Costa Rica, Sinaloa.- El Templo de la Virgen de Guadalupe es uno de los espacios más apreciados por los habitantes de Costa Rica, Sinaloa. Aunque aún se encuentra en construcción, ya funciona como un lugar de encuentro espiritual, sencillo y cercano, donde la comunidad se reúne para orar, agradecer y fortalecer su fe. Su estructura modesta refleja la devoción genuina de quienes lo han levantado poco a poco, con esfuerzo colectivo y profunda entrega.
A lo largo del año, este templo no solo acoge actos religiosos, también se convierte en punto de reunión para vecinos y familias. La participación en actividades parroquiales, las misas dominicales y las labores comunitarias son parte de una vida que se construye desde la fe y el trabajo compartido. La sencillez del espacio no resta fuerza al mensaje que transmite: aquí la fe se vive con humildad, constancia y esperanza.
El templo refleja el arraigo guadalupano que caracteriza a la comunidad. En cada oración, en cada gesto de apoyo para continuar su edificación, se manifiesta una devoción que no depende de acabados ni ornamentos. Es un lugar que crece con el pueblo y para el pueblo, donde la fe no se impone, se comparte.