Los Mochis, Sinaloa.- Mexicanos Primero asegura que los nuevos liderazgos políticos de Sinaloa tendrán la responsabilidad de evitar las consecuencias negativas de una catástrofe educativa, tales como mayor abandono escolar, retroceso en los niveles de aprendizaje y un deterioro general a las posibilidades de desarrollo social y económico.
Para contribuir con esta misión, desarrolló un análisis especializado que explica los principales riesgos y desafíos educativos que amenazan a la entidad. Y también, que explica cómo poder atacar estas problemáticas desde la política educativa local.
En este sentido, Gustavo Rojas Ayala, director general de la institución, precisó que el primer paso, que ya empezó a darse, será garantizar un regreso gradual y paulatino a las escuelas a través de los Centros Comunitarios de Aprendizaje. El segundo paso deberá ser la preparación de un regreso escolar a gran escala, para todos los estudiantes, en todos los niveles, una vez superada la fase crítica de la pandemia. Y el tercer paso será generar una estrategia de recuperación de los aprendizajes y el bienestar emocional, que además permita reorientar el sistema educativo estatal hacia una visión de desarrollo social, económico y cultural para Sinaloa.
Rojas Ayala también señaló que, independiente del color del partido con el que se llegue a la gubernatura y a las posiciones de liderazgo político más importantes durante estas elecciones, este proceso de recuperación de los efectos negativos de la pandemia sólo será posible si la política pública educativa estatal sigue los siguientes principios durante el próximo sexenio:
1) Basar decisiones de política pública en evidencia: La recuperación de los niveles de aprendizaje y el aumento en los niveles de aprendizaje de los estudiantes en el estado no puede hacerse a ciegas. Sinaloa debe contar con mecanismos de medición y evaluación de su capacidad de garantizar el derecho a aprender de manera efectiva en los estudiantes, con los cuales aprenda constantemente cómo hacer cada vez un mejor trabajo.
2) Mayor colaboración entre niveles y sectores de gobierno: Para regresar a la escuela será clave la coordinación entre los sectores de salud y educación. En el tiempo esto debe mantenerse. Un mejor futuro para la educación en Sinaloa sólo será posible con mayores niveles de colaboración entre los distintos órdenes de gobierno. Y con una visión dialogada y consensuada entre el legislativo y el ejecutivo. Y los municipios también han de ser cada vez más protagonistas en el ámbito educativo.
3) Condiciones materiales adecuadas: La pandemia visibilizó graves carencias en la infraestructura escolar, que atentan contra la capacidad del sistema educativo de ofrecer una oportunidad de aprender justa para todas y todos. Por otra parte, el acceso a internet y a la tecnología cobra gran importancia ante posibles escenarios de disrupción similares a los vividos a raíz de esta situación. La inversión educativa deberá priorizar contar con las condiciones materiales necesarias para un sistema educativo renovado.
4) Protagonismo docente y directivo: A nivel internacional la evidencia es clara en señalar que, así como el docente es el factor más influyente en el aprendizaje de los estudiantes, los directores tienen en lo agregado efectos iguales o más importantes. Construir en diálogo permanente con el magisterio las medidas necesarias para asegurar su formación continua y profesionalización será fundamental para una estrategia de mejora eficaz y eficiente.
5) Participación social: La experiencia de distintos países a través del establecimiento de mesas de trabajo social, ha demostrado la importancia de tomar decisiones relevantes en materia educativa de forma participativa y democrática. Trabajando en conjunto, representantes de instituciones académicas, sociales, así como actores escolares como familias, docentes y estudiantes, será posible construir una estrategia factible de implementar para fortalecer el aprendizaje y alcanzar la visión de futuro que Sinaloa perseguirá a través de su educación.
Todos estos elementos, serán de vital importancia para garantizar los derechos educativos de niñas, niños y jóvenes en Sinaloa y evitar la silenciosa catástrofe educativa que transcurre en nuestro estado.