Internacional.– La violencia por razón de género continúa siendo una de las transgresiones más graves a los derechos humanos. A pesar de las políticas y programas para su atención, mujeres y niñas son violentadas día con día, muchas veces de forma invisible, normalizada y en silencio.
El Estudio mundial sobre el homicidio 2020 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señala que aproximadamente 87,000 mujeres fueron asesinadas en todo el mundo; alrededor de 50.000, a manos de sus parejas o familiares. En México los registros de violencia familiar aumentaron 4.7% de 2019 a 2020 .
La contingencia por COVID-19 exacerbó esta situación, dadas las medidas de confinamiento en el hogar, en donde se incrementó el aislamiento social y se dificultó el acceso a servicios de apoyo.
La nueva normalidad en México debe garantizar el derecho a una vida libre de violencia para mujeres y niñas. En este sentido, debemos mejorar la representación de las mujeres en todos los niveles, asegurar herramientas para su empoderamiento y erradicar cualquier tipo de discriminación por razón de género.
Desde el proyecto Detección y prevención de Trata de Personas en Comunidades Indígenas se ha capacitado a líderes comunitarias en Tlaola, Puebla; Papantla, Veracruz y San Quintín, Baja California.
La iniciativa amplifica voces para fortalecer lazos comunitarios y proteger a las niñas, adolescentes y mujeres del delito de trata de personas con una perspectiva de género y de interculturalidad.