Como algunos de ustedes saben, soy psicólogo de profesión y desde hace ya más de 7 años me he dedicado a trabajar en el campo de las adicciones, campo difícil y muchas veces olvidado por las autoridades, campo que muchas veces tiende a ser satanizado por algunos sectores de la sociedad, pero que al final del día, cuando haces las cosas bien, también te brinda muchas satisfacciones, y es por eso que hoy escribo estas líneas, porque en términos de políticas públicas, los gobiernos que hemos tenido en México nunca han terminado de atender esta problemática como debería de ser; pero lo de estos últimos meses ha sido cosa aparte, aquí podemos muy bien aplicar esa frase que hizo popular el personaje de Dewey, de la serie “Malcolm in the middle”, y que terminó inmortalizada en un meme: “Nunca espero nada de ustedes y aun así logran decepcionarme…” y es que entre lo de noviembre del año pasado y lo que se publicó en la gaceta parlamentaria este miércoles, de plano no se ve ningún interés por parte de este gobierno de atacar con seriedad el problema de las adicciones.
Apenas el 19 de noviembre del año pasado se aprobó en el senado el uso lúdico de la marihuana, la iniciativa originalmente solo contemplaba precisamente eso, el uso lúdico, sin embargo después de la discusión de la misma se lograron algunos adendums en torno a la industrialización y el uso medicinal de la misma, y no se me malinterprete, creo que esos adendums por lo menos le dan más sentido a la iniciativa, sin embargo, se dejó de lado la problemática más grande que acarrea consigo el legalizar un estupefaciente más, LAS ADICCIONES.
No se contempló en ninguna parte de la iniciativa, ¿qué medidas tomará gobierno para combatir ese aspecto de la salud de los mexicanos? No se hablo acerca de si habrá algún tipo de asignación presupuestal para atender adicciones que sea fruto de los ingresos que generará la producción y venta de la marihuana, y es que hay que decirlo, la problemática a la fecha no es menor, y habrá de exacerbarse con la entrada en vigor de esa nueva disposición.
Hasta ahí la cosa ya estaba fea, porque como lo mencione en una columna anterior donde hablaba al respecto de la legalización, en nuestro país el gobierno está en pañales en términos de tratamientos de rehabilitación de adicciones, sobre todo porque prácticamente más del 90% de los establecimientos que se dedican a esta labor son de la sociedad civil, y ahora, le encimaron unos nuevos decretos a la ley de salud que complican más la situación para las personas que necesitan un proceso de rehabilitación.
Pues bueno, precisamente sobre esto último trata esta columna, el día miércoles 17 de febrero se publicaron en la gaceta parlamentaria de San Lázaro, los dictámenes para declaratoria de publicidad de la comisión de salud con proyecto de decreto, por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley general de salud en materia de salud mental y adicciones, y si, el decreto viene lleno de buenas intenciones, hacen algunas correcciones en algunos artículos para que las instituciones de gobierno que brindan atención psiquiátrica y que cuenten con la infraestructura suficiente puedan también brindar tratamientos de rehabilitación, y hasta ahí todo bien con las buenas intenciones, que prácticamente son solo eso, porque lo que deja ver esa serie de iniciativas y decretos es el profundo desconocimiento por parte de los diputados, primero: del sistema de salud, y segundo: de los procesos de rehabilitación de adicciones, y es que cualquiera que le escarbe tantito, de entrada se va a dar cuenta que los hospitales psiquiátricos no se van a dar abasto, por mencionar un ejemplo, en nuestro estado no existe un solo hospital psiquiátrico federal o estatal que cuente con la infraestructura necesaria para brindar un tratamiento residencial de rehabilitación de adicciones, sin embargo, si existen en Sinaloa alrededor de 8000 usuarios por mes, internados en alrededor de 140 centros de rehabilitación operados por la sociedad civil.
Los problemas de estos decretos comienzan cuando en los transitorios no respaldan sus ocurrencias y dejan muy claro que para llevar a cabo estos nuevos designios no habrá reasignaciones de presupuesto, lo cual se traduce a más necesidades de personal capacitado (porque el trabajo con adicciones es una especialidad), más responsabilidades, más costo operativo, inclusive más instituciones, pero, ¿saben qué? SIN DINERO. ¿Cómo le va a ir a la gente que busque un proceso de rehabilitación en estas instituciones?
Pero bueno, no termina ahí, no conformes con esto, el último apartado de la iniciativa presentada por las diputadas Miroslava Sánchez Galván, Tatiana Clouthier y el diputado Jorge Luis Montes Nieves deroga el Artículo 184 Bis, el cual, estimado lector, es nada más y nada menos que el que creó el Consejo Nacional Contra las Adicciones, organismo que en los últimos años ha sido el único encargado a nivel federal de encabezar esfuerzos buscando darle un poco de forma a las políticas en materia de prevención y tratamiento de las adicciones, esto sin mencionar que ha sido el encargado de regular, evaluar y apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que históricamente han cargado con esta problemática al hombro, mismas que al eliminar el CONADIC estarán quedando desprotegidas.
En resumen, con esta acción legislativa, el tema del combate a las adicciones en México queda muy mal parado, primero se legaliza un estupefaciente más y luego eliminan al único organismo que se encargaba de atender el problema de las adicciones, esto sin contemplar la creación de alguna otra institución que cargue con esa gran responsabilidad.
Va a quedar en manos de los gobiernos estatales la responsabilidad de mantener fuertes a organismos locales, como la CEPTCA, que le siguen entrando a este tema tan importante y que sigan colaborando de cerca con las organizaciones de la sociedad civil.
Tengo la costumbre de siempre decirle a mis amigos, que en cuanto a mis opiniones jamás descarto el estar equivocado, así que si alguien de ustedes, mis pocos lectores, disiente con lo que aquí escribo, les dejo mi correo electrónico para cualquier tipo de comentario: juanfco_lagarda@hotmail.com